martes, 21 de febrero de 2012

UNA HISTORIA SIN FINAL...


                                               
Siempre he dicho que somos turistas de este mundo, que andamos por un viaje, cuando llegamos a nuestro destino entregamos nuestro equipaje.
Quiero contarles la historia más feliz de mi vida, me fui de viaje a conocer Quiche, tenía una amiga que insistía que fuera, entonces hice mis maletas y sin conocer emprendí este viaje,  un amigo me dio jalón hasta Cobán, tome un microbús, de Cobán para Chicaman, en el microbús  me fui  del lado de la ventana para ver el paisaje pero eran unos inmensos precipicios, que daban miedo, así que decidí irme dormida, cuando llegué me atendieron como una reina,  eran las festividades de ese pueblo, así que como toda celebración lo que sobra es la comida, así que mataron un pelibuey, (especie de oveja que no tiene lana) una carne deliciosa, tiene un olor tan fuerte, y yo soy carnívora por naturaleza, así que me sirvieron mi plato de primero con la carne término medio,  yo encantada, al siguiente día amanecí con dolor de estomago, y así los demás días, estuve 15 días allí, regrese el 23 de diciembre, a mí casa casi por navidad, estaba enferma me dolía mucho por debajo de las ultimas costillas lado derecho, así que llegue con el doctor el 26 después de navidad, el dio su  diagnostico fue cálculos biliares, nos pusimos a averiguar, me tenían que operar , pero para no tener la gran cicatriz estábamos buscando la cirugía con láser estaba próximo mi cumpleaños, que era el 31 de diciembre, para ese entonces ni probé el pastel, realmente me sentía mal,  así que trate de pasármela bien estaba cumpliendo 23, solo que mi estomago estaba muy inflamado, parecía que estaba embarazada, me sentía  muy mal, pero después de todo íbamos a esperar a que pasara el 1ero de Enero, el 3 de Enero eran como las 2 am, y no aguante el dolor, grite en mi cama sin que saliera ningún sonido ya no tenía fuerzas, así que llame a mi propia casa, mi papá contesto y le dije: “Me estoy muriendo, ya no aguanto”, subió por mi corriendo, me acostó en su cama y como un mal presentimiento, yo estaba esperando lo peor,  mi hermano me dijo que fuera valiente y me decía que no me iba a pasar nada, yo lo abrace y casi me despedí de él, así lo hice con todos,  nos fuimos al hospital Roosevelt, estando allí  teníamos que sacar  el de carné de paciente del hospital, porque según nosotros era la vesícula, teníamos los exámenes de un cálculo biliar  entonces no era una emergencia, pero no me atendían y yo sentía cada vez el dolor más intenso que he sentido en  la vida, volví a ver a mi papa y mi mama, les pedí que me llevaran a otro lugar, fuimos a un sanatorio, el Dr. Al verme dijo que me estaba muriendo, que él no podía hacerse responsable que me tenía que referir a un hospital de emergencia  pero mi  papa llorando  le pidió que me quedara allí, tenía que firmar donde se hacía responsable de lo que pasara, la lógica me lo indicaba tenía que despedirme de ellos, así que les dije las palabras más dulces que encontré en ese momento les dije cuanto los amaba, estábamos llorando, ingrese al quirófano, los doctores no creyeron en el diagnostico, y si así lo hubieran hecho, me hubieran matado, así que me hicieron una laparotomía una exploración, me abrieron todo el abdomen, encontraron que tenia perforado el intestino y estaba contaminando a todos los órganos, estuve al borde de la muerte, por unas horas me quede en coma y regrese de las garras de la muerte para contar esta historia, de la cual sobreviví, mi pensamiento era tengo que vivir para luchar no he cumplido mi propósito…


“No hay que luchar para vivir, sino vivir para luchar”

2 comentarios:

Eme dijo...

de la muerte, hay tantas cosas que no entiendo...

besosdulces*

Un Par de Mujeres Ciegas dijo...

un abrazo dulce para tí Eme con mucha carga de tiempo y besos que se quedaron guardados