Siempre he dicho que somos turistas de este mundo, que
andamos por un viaje, cuando llegamos a nuestro destino entregamos nuestro
equipaje.
Quiero contarles la historia más feliz de mi vida, me fui de
viaje a conocer Quiche, tenía una amiga que insistía que fuera, entonces hice
mis maletas y sin conocer emprendí este viaje, un amigo me dio jalón hasta Cobán, tome un microbús,
de Cobán para Chicaman, en el microbús me fui
del lado de la ventana para ver el paisaje pero eran unos inmensos
precipicios, que daban miedo, así que decidí irme dormida, cuando llegué me atendieron
como una reina, eran las festividades de
ese pueblo, así que como toda celebración lo que sobra es la comida, así que mataron
un pelibuey, (especie de oveja que no tiene lana) una carne deliciosa, tiene un
olor tan fuerte, y yo soy carnívora por naturaleza, así que me sirvieron mi
plato de primero con la carne término medio, yo encantada, al siguiente día amanecí con
dolor de estomago, y así los demás días, estuve 15 días allí, regrese el 23 de
diciembre, a mí casa casi por navidad, estaba enferma me dolía mucho por debajo
de las ultimas costillas lado derecho, así que llegue con el doctor el 26 después
de navidad, el dio su diagnostico fue cálculos
biliares, nos pusimos a averiguar, me tenían que operar , pero para no tener la
gran cicatriz estábamos buscando la cirugía con láser estaba próximo mi
cumpleaños, que era el 31 de diciembre, para ese entonces ni probé el pastel,
realmente me sentía mal, así que trate
de pasármela bien estaba cumpliendo 23, solo que mi estomago estaba muy
inflamado, parecía que estaba embarazada, me sentía muy mal, pero después de todo íbamos a esperar
a que pasara el 1ero de Enero, el 3 de Enero eran como las 2 am, y no aguante
el dolor, grite en mi cama sin que saliera ningún sonido ya no tenía fuerzas,
así que llame a mi propia casa, mi papá contesto y le dije: “Me estoy muriendo,
ya no aguanto”, subió por mi corriendo, me acostó en su cama y como un mal
presentimiento, yo estaba esperando lo peor, mi hermano me dijo que fuera valiente y me decía
que no me iba a pasar nada, yo lo abrace y casi me despedí de él, así lo hice
con todos, nos fuimos al hospital Roosevelt,
estando allí teníamos que sacar el de carné de paciente del hospital, porque
según nosotros era la vesícula, teníamos los exámenes de un cálculo biliar entonces no era una emergencia, pero no me atendían
y yo sentía cada vez el dolor más intenso que he sentido en la vida, volví a ver a mi papa y mi mama, les
pedí que me llevaran a otro lugar, fuimos a un sanatorio, el Dr. Al verme dijo
que me estaba muriendo, que él no podía hacerse responsable que me tenía que
referir a un hospital de emergencia pero
mi papa llorando le pidió que me quedara allí, tenía que firmar
donde se hacía responsable de lo que pasara, la lógica me lo indicaba tenía que
despedirme de ellos, así que les dije las palabras más dulces que encontré en
ese momento les dije cuanto los amaba, estábamos llorando, ingrese al quirófano,
los doctores no creyeron en el diagnostico, y si así lo hubieran hecho, me
hubieran matado, así que me hicieron una laparotomía una exploración, me
abrieron todo el abdomen, encontraron que tenia perforado el intestino y estaba
contaminando a todos los órganos, estuve al borde de la muerte, por unas horas
me quede en coma y regrese de las garras de la muerte para contar esta
historia, de la cual sobreviví, mi pensamiento era tengo que vivir para luchar
no he cumplido mi propósito…
“No hay que luchar para vivir, sino vivir para luchar”